Las vacunas son los productos biológicos sensibles que pueden hacerse menos eficaces, o aún destruido, cuando están expuestas a las temperaturas fuera de la gama recomendada.
En Canadá solamente, ha estimado que el despilfarro vaccíneo relacionado con el almacenamiento incorrecto cuesta la industria sobre $25 millones por año.
Esta figura, juntada con el compromiso incomparable de la industria a la seguridad y a la atención a los pacientes, ha dado lugar a la creación y a la evolución de las instrucciones rigurosas y de las regulaciones que afectan todos los proveedores de asistencia sanitaria. La cuestión clave aquí es que muchas vacunas sensibles se están almacenando en los refrigeradores básicos del estilo de la “temperatura alta-baja” que los hacen perder su potencia…
EXCEDE TODAS LAS ESPECIFICACIONES VACCÍNEAS DEL REFRIGERADOR POR EL MINISTERIO.
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