1. La fuerza sobre el fémur proximal se aproxima más al estado fisiológico;
2. Reducir el blindaje contra la tensión y la reabsorción ósea del fémur proximal;
3. Reducir el dolor postoperatorio del muslo;
4. Evitar el desajuste anatómico del fémur distal, retener más tejido óseo y proporcionar comodidad para futuras revisiones.
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