Los protectores faciales están disponibles en varias formas, pero todos proporcionan una barrera de plástico transparente que cubre la cara. Para una protección óptima, la pantalla debe extenderse por debajo de la barbilla en sentido anterior y hasta las orejas en sentido lateral, por lo que no debe quedar ningún espacio expuesto entre la frente y el casco de la pantalla. Las pantallas faciales no requieren materiales especiales para su fabricación y las líneas de producción suelen reutilizarse con bastante rapidez.
Las pantallas faciales ofrecen diversas ventajas. Mientras que las mascarillas médicas tienen una durabilidad limitada y un potencial de reprocesamiento mínimo, los protectores faciales suelen reutilizarse indefinidamente y se limpian fácilmente con agua y jabón, o con desinfectantes domésticos comunes. Son cómodos de llevar, protegen los portales de entrada viral y reducen el potencial de autoinoculación al impedir que el usuario se toque la cara. Las personas que llevan mascarillas médicas a menudo tienen que quitárselas para hablar con otras personas de su entorno; esto no suele ser necesario con los protectores faciales. la utilización de un protector facial es además un recordatorio para cuidar el distanciamiento social, pero permite la visibilidad de las expresiones faciales y los movimientos de los labios para la percepción auditiva .
Y lo que es más importante, las pantallas faciales parecen reducir significativamente la cantidad de exposición por inhalación al virus de la gripe, otro virus respiratorio que se propaga por gotitas. durante un estudio de simulación, se demostró que las pantallas faciales reducían la exposición viral inmediata en un 96% cuando las llevaba un trabajador sanitario simulado a menos de 18 pulgadas de una tos
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