La plastia ósea subcondral es un procedimiento mínimamente invasivo, asistido por fluoroscopia, que identifica y repara los defectos óseos subcondrales, también denominados lesiones de la médula ósea (LMO). El procedimiento se lleva a cabo con un abordaje mínimamente invasivo bajo guía fluoroscópica junto con artroscopia, para localizar y tratar los hallazgos dentro de la articulación.
La patología se clasifica como una SIFK (Fractura por Insuficiencia Subcondral de la Rodilla) y en las fases iniciales de SONK (Osteonecrosis Espontánea de la Rodilla). El paciente que presenta esta patología, padece una artrosis relativamente precoz y consulta al especialista clínico como consecuencia de un dolor intenso que no se corresponde con un escenario radiográfico significativamente comprometido.
De hecho, estas lesiones no son visibles bajo Rayos X y sólo una confirmación diagnóstica mediante RM revela una señal de captación hiperintensa en secuencias sensibles a fluidos T2 (hidrógeno) y en secuencias STIR.
El objetivo del método es reforzar las lesiones óseas subcondrales utilizando el mismo principio que la vertebroplastia e implica la inserción percutánea en el lugar de rarefacción ósea, de un sustituto óseo apropiado o de un injerto óseo autólogo mejorado con un concentrado de células estromales mesenquimales.
BENEFICIOS
Abordaje percutáneo seguro y preciso mínimamente invasivo
Procedimiento rápido: aproximadamente 20 minutos
Rápida recuperación funcional
Alivio del dolor al cabo de 1 día
Preservación de la fisiología anatómica para futuras operaciones
Reducción del riesgo de infecciones
Sustituto óseo listo para usar
no necesita preparación
Endurecimiento sólo en medio húmedo: sin presión de tiempo durante la aplicación
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