Numerosos estudios científicos demuestran que las alteraciones posturales son un factor de riesgo en los trastornos musculoesqueléticos (TME).
Entre ellos, el dolor de espalda y los trastornos de la columna vertebral son las principales causas de limitación de la capacidad para realizar las actividades cotidianas, y están estrechamente relacionados con la reducción de la productividad y el absentismo laboral. También se asocian a un mayor riesgo de discapacidad a largo plazo y de enfermedades crónicas.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo calcula que el 24,7% de los trabajadores se ausentan del trabajo debido a TME.
Varios estudios demuestran que permanecer sentado o de pie durante largos periodos de tiempo en posturas incorrectas puede provocar trastornos de la espalda como hipercifosis torácica, lordosis lumbar y hombros redondeados, aumentando así el riesgo de padecer dolor de espalda y molestias lumbares. Para prevenir estos trastornos, es importante mantener una postura correcta y practicar ejercicios específicos para la espalda y los abdominales.
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