Funciona en una región de luz infrarroja (en lugar del láser Nd:YAG). Es uno de los fotocoaguladores más avanzados para cada especialidad clínica. Permite ajustar con precisión la profundidad de las coagulaciones. El proceso es indoloro, sin sangre, sin olor ni humo.
Principio de funcionamiento:
El coagulador de contacto infrarrojo consiste en una fuente de radiación infrarroja, una guía de luz rígida curvada en el extremo en el que emerge la luz y una superficie de contacto del tejido o punta hecha de un polímero de teflón que es transparente a los rayos infrarrojos y no se adhiere al tejido.
Una lámpara halógeno-tungsteno de bajo voltaje produce el haz que se enfoca en la guía de luz. A través de este aplicador la radiación es entregada al tejido donde es convertida en energía térmica causando el proceso de coagulación. La luz roja y la radiación de fuga infrarroja se dejan escapar hacia el exterior a través de la carcasa de la lámpara roja, evitando así el sobrecalentamiento del coagulador y haciendo innecesario un costoso sistema de refrigeración. La cantidad óptima de energía a transferir al tejido se puede preajustar exactamente mediante un temporizador y reproducirse en todo momento.
El aplicador de diseño ergonómico, dotado de un interruptor manual y alimentado con baja tensión y un cable flexible, permite al médico trabajar de forma sencilla y cómoda. El manejo del aparato es muy sencillo: basta con pulsar el interruptor del aplicador manual después de ajustar previamente el tiempo de irradiación. La longitud de pulso típica de los destellos individuales varía de 0,5 a 3 segundos, lo que da como resultado una penetración de luz de hasta 3 mm en el tejido blando.
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