El mayor peligro de una sala blanca es la persona que trabaja en ella. Cada movimiento hace que las partículas se desprendan de la ropa, la piel y el pelo y se agiten. Ninguna norma de conducta puede proteger contra esto tan eficazmente como la ropa para salas limpias.
El ingenioso corte cuenta con una "zona flexible" que garantiza una visión clara y una sujeción óptima durante cada movimiento.
La longitud óptima del cuello puede combinarse perfectamente con las batas de protección. También es posible llevar sin problemas una máscara respiratoria.
El material antiestático evita las descargas electrostáticas y las chispas al quitarse la capucha.
Se recomienda su uso en salas blancas de las clases 5 a 9 según la norma EN 14644-1.
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