La función de filtro bacteriano y de partículas de las mascarillas desechables evita la contaminación humana adicional.
Con algunas excepciones marcadas, nuestras mascarillas faciales no son mascarillas faciales médicas certificadas según la norma DIN EN 14683:2019-10 ni mascarillas faciales que hayan sido probadas por un Organismo Notificado según el Reglamento (UE) 2016/425 sobre equipos de protección individual.
Motivo: El único propósito de estas máscaras faciales es limitar la transferencia de partículas y contaminantes microbiológicos, que son emitidos por el usuario, en salas blancas/salas de limpieza técnica, de tal manera que no se contamine principalmente el producto, sino también su entorno de producción. Esto explica también la altísima eficacia de filtración de partículas (PFE), como la eficacia de filtración de bacterias (BFE), que exige la industria de salas blancas para estas mascarillas faciales.
Qué caracteriza a una mascarilla facial compatible con la sala blanca
Una mascarilla facial desechable con una eficacia de filtración aceptable consta de tres capas, normalmente de tejido no tejido de polietileno, en las que la capa intermedia es decisiva para la eficacia de filtración. La capa que da a la piel debe ser suave y cómoda de llevar. La capa exterior debe proteger principalmente el medio filtrante de posibles daños. Una característica común a todas las mascarillas es la pinza nasal flexible y moldeable, situada en el borde superior, que, si se maneja correctamente, debe contribuir a garantizar que pueda escapar hacia arriba la menor cantidad posible de aire no filtrado, pasando por el lado de las aletas de la nariz.
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