Actualmente, la vacunación contra el Covid-19 está en el centro del arsenal, con el objetivo de lograr la inmunidad de rebaño. Los estudios clínicos de inmunidad frente al Covid-19 tras infección o vacunación arrojan resultados muy diversos. Algunos estudios muestran que los anticuerpos persisten 6-8 meses después de la infección o vacunación, mientras que otros indican por el contrario que descienden significativamente a partir de los 3-4 meses. Sin embargo, la mayoría de los estudios tienden a indicar que la duración de la inmunidad está correlacionada con la gravedad de la enfermedad, la edad, el sexo, el hecho de haber sido vacunado o infectado y parámetros que aún no se han enumerado. Ante tantos factores diversos en cuanto a la duración de la inmunidad, parece prudente cambiar el prisma y optar por un enfoque caso por caso.
Según la recomendación publicada el 03 de agosto de 2021 por el Ministerio de Salud francés, si la vacunación completa no ha desarrollado un título de anticuerpos anti-Spike de 260 BAU/ml, los pacientes se consideran inmunosuprimidos y no protegidos por la vacunación. Si el título de anticuerpos anti-Spike es inferior a 30 BAU/ml, se considera que el paciente no responde. Las investigaciones científicas indican que un nivel de anticuerpos anti-Spike de 260 BAU/ml puede brindar una protección del 80 % contra el Covid-19.
Esta prueba de anticuerpos anti-Spike tiene como objetivo distinguir la población que ya no tiene suficiente inmunidad, e informar a estos individuos para que adopten medidas reforzadas para protegerse, y posiblemente anticipando la revacunación, lo que limitará la contaminación y las hospitalizaciones.