El blindaje de la radioterapia es a menudo necesario cuando se utiliza radiación de muy alta potencia, como los aceleradores lineales (LINAC). Estas máquinas suelen estar alojadas en los sótanos de los hospitales, donde están rodeadas de hormigón de alta densidad. La entrada, a la que a menudo se hace referencia como "laberinto", está diseñada de tal manera que la distancia y el trayecto proporcionan un blindaje que permite que la radiación pierda energía y, por lo tanto, crea un entorno seguro tanto para el personal como para el público.
Sin embargo, esto no siempre es posible debido a limitaciones de espacio o cuando se instala una máquina mejorada en una sala existente. En esta situación, puede ser necesario un blindaje adicional para aumentar la protección. Esto puede lograrse instalando un material cargado de boro estratégicamente colocado en la sala de terapia y en la entrada. Este material es igualmente útil si la habitación tiene puertas y puede instalarse en paredes y techos.
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