Cuando se coloca a un paciente en la mesa de operaciones, la bolsa de judías se amolda a su alrededor: a continuación, se conecta una línea de succión especial a una válvula de la bolsa, extrayendo todo el aire y creando un vacío. De este modo, las bolitas se juntan y la bolsa queda fijada en la forma exacta del molde, manteniendo al paciente en una posición segura durante toda la intervención. Tras la intervención, se abre la válvula y el posicionador Bean Bag vuelve a ablandarse, liberando al paciente y dejándolo listo para su reutilización.
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