Se utilizan tres técnicas principales para reparar las roturas del tendón de Aquiles.
PERCUTÁNEA
Esta técnica consiste en pasar dos suturas con agujas precargadas en las que se incrustan pequeños arpones. Los puntos de entrada se encuentran a unos 6 cm proximales a la rotura, en la cara posterolateral del tendón. Los puntos de salida se sitúan en la cara posterolateral del tendón sobre el espacio retromaleolar, de 4 a 5 cm por debajo del desgarro.
El cirujano pasa las dos agujas por vía percutánea de proximal a distal, a través del tendón roto.
Los arpones se fijan en la parte superior del tendón. Se tira de las suturas hacia abajo para juntar los dos extremos rotos del tendón y luego se bloquean con discos de polietileno contra la piel. El cirujano puede retirar las suturas al cabo de unas 6 semanas.
La técnica percutánea se basa en cuatro principios.
Unir los dos extremos rotos del tendón de Aquiles durante 6 semanas sin utilizar una incisión quirúrgica. Durante este tiempo, se puede movilizar todo el tendón mediante movimientos de flexión/extensión del pie.
No desvascularizar el tendón abriendo innecesariamente su vaina.
Preservar el hematoma post-rotura para asegurar una buena y rápida cicatrización.
Permitir una movilización precoz para guiar la alineación de las fibras de colágeno y acelerar su transformación en fibras tendinosas elásticas y eficaces.
El éxito de la utilización de Tenolig® requiere que se siga la técnica quirúrgica y que el paciente cumpla íntegramente el protocolo postoperatorio.
CONSERVADOR
Esta técnica consiste en utilizar dos yesos consecutivos de rodilla a tobillo:
el primero con el tobillo en flexión plantar completa para que los dos extremos del tendón estén lo más juntos posible, y el segundo con el tobillo a 90°.
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