La terapia por ultrasonidos provoca vibraciones mecánicas, a partir de ondas sonoras de alta frecuencia, en la piel y los tejidos blandos a través de una solución acuosa (gel). Se aplica un gel al cabezal aplicador o a la piel, que ayuda a que las ondas sonoras penetren uniformemente en la piel.
El aplicador de ultrasonidos convierte la potencia del dispositivo en potencia acústica que puede causar efectos térmicos o no térmicos. Las ondas sonoras crean una estimulación microscópica en las moléculas del tejido profundo que aumenta el calor y la fricción. El efecto de calentamiento estimula y favorece la cicatrización en los tejidos blandos al aumentar el metabolismo a nivel de las células tisulares.
El efecto de los ultrasonidos terapéuticos a través de un aumento del flujo sanguíneo local puede ayudar a reducir la hinchazón local y la inflamación crónica y, según algunos estudios, favorecer la curación de fracturas óseas. La intensidad o densidad de potencia de los ultrasonidos puede ajustarse en función del efecto deseado. Una mayor densidad de potencia (medida en vatios/cm2) puede ablandar o romper el tejido cicatricial.
1. Lesiones de tejidos blandos.
2. Distensiones y esguinces crónicos.
3. Miositis: inflamación de los tejidos musculares.
4. Bursitis: inflamación de las almohadillas que rodean las articulaciones.
5. Tendinitis: inflamación del tejido que une los músculos a los huesos.
6.Inflamación de la vaina del tendón.
7. Osteoartritis.
8. Fascitis plantar
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