La electroestimulación funciona por el mismo mecanismo que el sistema nervioso, controlando el aparato la activación de los músculos voluntarios mediante señales eléctricas.
La electroestimulación puede, de esta forma, utilizarse para tratar grupos musculares específicos variando la intensidad, la potencia y las diferentes frecuencias de las señales eléctricas.
La electroestimulación, por tanto, al hacer uso de pulsos eléctricos, replica la acción voluntaria del sistema nervioso, aumentando así el efecto de entrenamiento, tratamiento antiinflamatorio o rehabilitación sobre los músculos estimulados.