Las dificultades de acceso a la imagen cuantitativa pueden afectar a los cuidados neurocríticos. La Sociedad Radiológica de Norteamérica define la imagen cuantitativa como la extracción de características cuantificables de las imágenes médicas para la evaluación de lo normal o de la gravedad, el grado de cambio o el estado de una enfermedad, lesión o condición crónica en relación con lo normal. Debido al limitado acceso a la neuroimagen, un reto en los cuidados neurocríticos es la obtención de biomarcadores de imagen cuantitativos, como el desplazamiento de la línea media1.
El desplazamiento de la línea media es la cantidad de desplazamiento de la línea media del cerebro desde su posición simétrica normal. Se trata de un biomarcador cuantitativo esencial para que los médicos evalúen la gravedad de la lesión cerebral y para significar el daño neurológico después del accidente cerebrovascular. La identificación del desplazamiento de la línea media, especialmente en los casos de aparición temprana o sutil, puede mejorar significativamente los resultados de los pacientes. En situaciones de emergencia, no siempre es un neuroespecialista el que echa el primer vistazo al estudio. La medición automatizada del desplazamiento de la línea media aportaría valor a los no especialistas, especialmente a los que leen las imágenes en situaciones de emergencia2.
Otro cálculo de biomarcadores de imagen es la medición del volumen ventricular, que cuantifica el líquido cefalorraquídeo dentro de los ventrículos. El volumen ventricular es relevante para muchas condiciones neurológicas y ha demostrado su utilidad en el manejo de condiciones como la hidrocefalia. Los cambios en el tamaño y la forma de los ventrículos pueden ayudar a aclarar el estado clínico de un paciente y, por tanto, a orientar la toma de decisiones neuroquirúrgicas3.
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