Los collares isabelinos son muy útiles para prevenir las heridas autoinfligidas, el desprendimiento de los implantes y la protección del campo quirúrgico. Los collares son cómodos sin restricciones, permitiendo comer, beber, dormir y moverse.
Los cuellos de ratón y de rata tienen cierre de velcro, mientras que los cuellos más grandes tienen un cierre a presión.
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