Vivimos en una época en la que prestamos gran atención a la salud y el aspecto de nuestros hijos. Somos conscientes de que a la sociedad le gusta estigmatizar a un individuo desde una edad muy temprana, especialmente a menudo si la particularidad es visualmente obvia. La plagiocefalia es una de las deformidades visibles y, si no se trata, persigue a una persona durante el resto de su vida. No es en absoluto agradable que una niña, o más tarde en la edad adulta, una mujer no pueda tener el peinado que desea. Por último, pero no por ello menos importante, tampoco es agradable para los hombres, especialmente en la madurez, cuando aparece la calvicie, o cuando decide llevar el pelo corto o incluso la cabeza rapada. En el caso de la plagiocefalia no corregida, muchas personas no pueden permitírselo, ya que atrae demasiadas miradas extrañas. También pueden surgir problemas al llevar gafas debido a la asimetría facial. El siguiente problema son los cascos deportivos que no se ajustan bien a la cabeza. Estos son sólo algunos problemas que pueden aparecer en la primera infancia y durar toda la vida.
Enfrentarse a la pregunta "¿qué he hecho mal para que mi bebé tenga la cabeza de nalgas?" es irrelevante, ya que las causas pueden ser diferentes, pero los padres (al menos la mayoría) no crearon conscientemente las condiciones para el desarrollo de la deformidad. Es importante que los padres reconozcan el problema y, si es posible, tomen medidas. Una opción para la corrección es una órtesis craneal: un casco. Este método de corrección tiene éxito y está bien establecido en el mundo, y es una práctica constante de las clínicas infantiles de renombre.
El casco ortopédico debe llevarse puesto el mayor tiempo posible. Para obtener el máximo efecto, los bebés suelen llevarlo entre 21 y 23 horas al día.
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