En otoño e invierno, disminuciones de la humedad del aire naturalmente para alcanzar sus niveles anuales más bajos. Los sistemas de calefacción contribuyen a otra reducción en humedad del aire. Mientras tanto, en los sistemas de aire acondicionado de los meses del verano, especialmente en climas secos, puede agotar el aire de su humedad natural.
Un nivel correcto de la humedad protege las membranas mucosas de la nariz, de la garganta y de las vías respiratorias contra la deshidratación, haciéndolas menos vulnerables a los virus y a las bacterias que causan enfermedades tales como fríos, rinitis, dolor de cabeza, garganta dolorida, etc.
Los humectadores vuelven el ambiente a su humedad ideal, que debe nunca estar menos el de 50% (idealmente 50-55%).
Los humectadores calientes del vapor calientan el agua en un tanque a 100°C, lanzando un flujo continuo de vapor limpio, mientras que un sostenedor práctico del aceite esencial permite la dispersión de fragancias balsámicas.
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