Los recién nacidos con pérdida ocular congénita son atendidos en sus primeras semanas de vida y se les colocan conformadores a medida para garantizar que la cara del bebé crezca proporcionalmente, minimizando la hipoplasia malar (malformación de la mejilla y la cara). Para que este proceso de protección de la asimetría facial tenga éxito en la edad adulta, a los bebés se les colocan conformadores de tamaño cada vez mayor a medida que crecen. A menudo se diseñan conformadores de silicona personalizados de grado médico en esta fase temprana del recién nacido y el lactante, y después evolucionan hasta convertirse en implantes estándar de PMMA (extraíbles).
En los casos de pérdida ocular traumática, la evaluación comienza aproximadamente 4-6 semanas después de la enucleación. El oftalmólogo remitente suele tomar impresiones de la cavidad ocular bajo anestesia en el Hospital Infantil o en el hospital de su elección. Esta visita también proporciona el beneficio añadido de la evaluación ecográfica por el oftalmólogo del bebé bajo anestesia.
Es habitual esperar de tres a cuatro visitas (incluida la EUA en el Hospital) para la realización de la prótesis. En los casos de conformadores a medida, suelen ser sólo dos visitas.
Las citas de seguimiento son necesarias debido al ritmo de crecimiento del niño, así como a los cambios de color de sus ojos. Éstas se deciden en función del paciente y, por lo general, disminuyen en frecuencia.
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