El uso del agua para la terapia se ha llevado a cabo durante cientos de años y ahora forma una gran parte de la práctica médica en beneficio de nuestra salud y bienestar.
El uso del agua puede aliviar las molestias y mejorar el bienestar físico. La reacción del cuerpo a los estímulos calientes y fríos actúa como un proceso de curación para el alivio del dolor; el agua tibia puede calmar y calmar, y ralentiza la actividad de los órganos internos, mientras que el agua fría se utiliza para vigorizar y estimular, por lo tanto, aumentar las actividades.
Los chorros múltiples y los chorros de hidroterapia se incorporan para masajear el cuerpo, lo que estimula el sistema linfático y las toxinas del rubor; reduce la fatiga y el dolor muscular; rehabilita los músculos lesionados; estimula el sistema inmunológico; estimula la desintoxicación; alivia el estrés.
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