Gracias a la introducción de equipos abiertos y semiabiertos, la Resonancia Magnética (RM) ha dejado de ser una herramienta utilizada únicamente por unos pocos especialistas en diagnóstico por imagen. Las unidades de RM abiertas se diseñaron originalmente para reducir la claustrofobia de los pacientes. Los médicos descubrieron rápidamente que muchos procedimientos intervencionistas son mucho más fáciles de realizar con estos sistemas de RM abiertos que con la tomografía computerizada (TC) convencional.
Los nuevos imanes abiertos han estimulado notablemente este progreso, aunque en la actualidad las intervenciones también se realizan con frecuencia en unidades de RM convencionales.
Las principales razones del creciente interés por la RM son:
Libre de radiaciones ionizantes
Las imágenes multiplanares facilitan la orientación anatomo-topográfica
La IRM visualiza los tejidos blandos mejor que cualquier otro sistema de imagen
Sensibilidad a la temperatura
Hoy en día, las imágenes se pueden construir tan rápido en RM como en TC gracias a su software mejorado.
En la actualidad, cada vez más disciplinas médicas se suman al nuevo mundo de la RM intervencionista:
Los neurólogos y neurocirujanos utilizan la RM para la biopsia cerebral y la aspiración de hematomas
Los otorrinolaringólogos utilizan la RM por la buena visión de lugares críticos y pequeños en la zona de la cabeza y el cuello
Los urólogos utilizan la IRM para obtener mejores resultados de las biopsias de próstata
Los ortopedistas realizan biopsias óseas con la ayuda de la IRM
Las biopsias de tumores de mama e hígado fueron de los primeros procedimientos que formaron parte de la IRM intervencionista en oncología.
La clave para que un procedimiento con IRM funcione bien es el material de los instrumentos que se utilizan. Los instrumentos tienen que ser no magnéticos, con un artefacto bajo, para poder ser vistos y manipulados correctamente.
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