El laberinto de campo abierto (OFM) se desarrolló inicialmente en 1934 como prueba para medir la emocionalidad en roedores. Desarrollado por Calvin S. Hall, el test de campo abierto es una prueba experimental utilizada para evaluar los niveles generales de actividad locomotora, la ansiedad y la disposición a explorar en animales (normalmente roedores) en la investigación científica. Es una de las medidas de comportamiento más utilizadas en psicología animal. El OFM consiste en un área cerrada por una pared que tiene la altura suficiente para impedir que el sujeto escape y se divide en 2 zonas, la zona interior que se extiende en el centro y la zona exterior que se extiende hacia la pared del laberinto. Un mayor tiempo de permanencia en las zonas exteriores del laberinto se registra como un aumento de la trigmotaxis y es indicativo de un comportamiento relacionado con la ansiedad amplificado.