La crioterapia combina las ventajas de los ultrasonidos con las posibilidades de la crioterapia
La crioterapia utiliza los ultrasonidos combinados con otra técnica, la crioterapia: lo que puede definirse como ultrasonidos fríos. Este uso combinado ayuda a reducir cualquier tipo de contraindicación del efecto de los ultrasonidos en la atención traumatológica.
Es especialmente eficaz para tratar la inflamación gracias al efecto antiinflamatorio que tienen los ultrasonidos, combinado con la acción analgésica de la crioterapia. La crioterapia empezó a tener éxito en el ámbito deportivo precisamente por la rápida rehabilitación que ofrecía a todo deportista, y luego se abrió camino en las terapias más tradicionales.¿Cómo funciona la crioterapia?
El ultrasonido y el frío son la base de la crioterapia
Este tipo de terapia utiliza dos elementos: el frío y los ultrasonidos. El frío inhibe los receptores del dolor y reduce el flujo sanguíneo, controlando así la formación de edema en la zona afectada. Los ultrasonidos, por su parte, emiten vibraciones sonoras a frecuencias muy altas que son inaudibles para el oído humano y que, en contacto con los tejidos, producen efectos mecánicos, térmicos, químicos y de cavitación. Sus beneficios son antiinflamatorios, antiedematosos y analgésicos. De hecho, gracias al aumento de temperatura que provocan los ultrasonidos, se incrementa la vascularización y se eliminan las moléculas causantes de la inflamación. El frío, por su parte, tiene un efecto analgésico que ayuda a aliviar las contracturas. Los ultrasonidos también hacen vibrar las células del tejido lesionado, lo que provoca un masaje micronizado que penetra en profundidad y contribuye a garantizar un efecto calmante.
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