Con la pandemia mundial actual, no se puede exagerar la necesidad de máscaras de alta calidad que brinden una protección adecuada. Por lo tanto, hay tres características esenciales que debe poseer una mascarilla: BEF Mayor o igual a 95, Personalizada y Asequible.
En primer lugar, la mascarilla facial desechable es aquella que tiene una eficiencia de filtración de al menos el 95 por ciento. Una máscara que cumpla con este estándar es ideal para filtrar la mayoría de las partículas en el aire. Esto asegura que el usuario esté bien protegido contra microorganismos dañinos, bacterias y virus. Tales máscaras aseguran que los usuarios puedan realizar sus actividades diarias sin temor a infectarse.
En segundo lugar, personalizar las máscaras del color y el tamaño que desee es esencial para obtener la máxima protección y comodidad. Cada individuo tiene una estructura y un tamaño de cara únicos, lo que dificulta encontrar una máscara que se ajuste perfectamente. Sin embargo, las máscaras personalizadas están hechas para adaptarse a los contornos de la cara, asegurando que brinden una cobertura completa y un sello hermético. Por lo tanto, el usuario puede estar seguro de que no corre el riesgo de inhalar partículas dañinas en el aire.
El último, súper calidad. En cada sociedad, hay personas de diferente estatus financiero. Por lo tanto, es imperativo que las máscaras de calidad sean asequibles para todos. Esto garantiza que cada individuo tenga acceso a la protección adecuada y pueda tomar las precauciones necesarias para mantenerse a sí mismo y a los demás a salvo.