La sepsis es la respuesta inflamatoria sistémica del organismo a una infección y puede evolucionar a sepsis grave, shock séptico y, en última instancia, fallo multiorgánico y muerte. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de la sepsis grave son vitales para mejorar las probabilidades de supervivencia del paciente.
La proteína de unión a heparina (HBP), también conocida como proteína antimicrobiana catiónica de 37kDa (CAP37) y azurocidina, es una glicoproteína de 37kDa sintetizada en los neutrófilos.
La HBP se libera de las vesículas secretoras de los neutrófilos activados al entrar en contacto con el endotelio. Una vez liberada, induce una reorganización dependiente del calcio del citoesqueleto de las células endoteliales, lo que provoca la contracción celular y el aumento de la permeabilidad del endotelio. También es internalizada por las células endoteliales para protegerlas de la apoptosis. La HBP también se libera de las vesículas secretoras cuando los complejos de proteína M/fibrinógeno, que se forman cuando las proteínas M se liberan de las superficies celulares bacterianas, interactúan con las ί2-integrinas de la superficie celular de los neutrófilos. En el lugar de la infección, la HBP también se secreta a partir de los gránulos azurófilos durante la fagocitosis, donde presenta actividad antimicrobiana y es responsable del reclutamiento y la activación de monocitos y otros mediadores inflamatorios. También es internalizada por los monocitos para prolongar la supervivencia y aumentar la producción de citoquinas.
Por lo tanto, la HBP contribuye directamente al mantenimiento y la progresión de la inflamación, y se ha demostrado en varias publicaciones importantes que la medición de la HBP podría ser útil para identificar a los pacientes que ingresan en el servicio de urgencias con riesgo de desarrollar sepsis con insuficiencia circulatoria.
---