En la práctica clínica para la reconstrucción maxilofacial, los injertos óseos, el cemento óseo y los implantes estándar (mallas, placas y tornillos, aumentos) utilizados tradicionalmente se moldean manualmente (se doblan y se cortan), ya sea en el preoperatorio o en el intraoperatorio. Sin embargo, con estos materiales es difícil restaurar la estética de la cara y rellenar uniformemente los defectos, lo que puede dar lugar a una cicatrización irregular del hueso y a resultados estéticos insatisfactorios. Los implantes reconstructivos maxilofaciales específicos para cada paciente resuelven estos problemas. Por lo tanto, en caso de grandes defectos maxilofaciales y con el fin de restaurar la estética del paciente y disminuir el riesgo de infecciones y otras complicaciones, se recomienda utilizar implantes de reconstrucción maxilofacial específicos para cada paciente que se fabrican individualmente para cada paciente teniendo en cuenta su anatomía, patología y los requisitos para el diseño del implante definidos por el cirujano.
Los implantes de reconstrucción maxilofacial específicos para cada paciente se fabrican individualmente para cada paciente teniendo en cuenta su anatomía, patología y los requisitos del cirujano tratante en cuanto al diseño, las soluciones de fijación y los materiales utilizados. Se diseñan a partir de un modelo anatómico maxilofacial personalizado que se recrea a partir de imágenes de tomografía computerizada. Por lo tanto, un implante específico para el paciente se adapta perfectamente a la anatomía del paciente y rellena uniformemente los defectos, restaurando así estéticamente la morfología y simetría maxilofacial, y la oclusión (si procede), y el uso de guías quirúrgicas específicas para el paciente garantiza la precisión de la colocación e inserción del implante.
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