La liofilización (brevemente denominada liofilización) es un proceso estable de material seco que colocará primero el material contenido en agua para congelarlo en un sólido, luego hará que entre ellos el agua se sublima de sólido a aire, eliminando el agua para preservar los materiales.
Los productos en la etapa de solución se congelan mediante sublimación y desorción, luego el solvente se reduce en cierta medida, evitando así la formación de microorganismos o reacciones químicas entre el soluto y el solvente para que los productos puedan conservarse por un tiempo prolongado y mantener su naturaleza.
El método de liofilización al vacío es un proceso líquido → sólido → gaseoso. En el proceso de liofilización, el "puente líquido" entre las partículas de la solución se ha congelado en un "puente sólido". La posición relativa de las partículas se ha fijado y no existe tensión superficial en la interfaz gas-líquido entre las dos partículas. Con la destilación continua de disolvente, el "puente sólido" disminuye continuamente, pero la posición relativa entre dos partículas ya no cambiará hasta que el "puente sólido" desaparezca por completo.