El calcio tiene numerosas funciones en el organismo, no sólo como factor estructural de los huesos y los dientes, sino también en la función neuromuscular normal y en la coagulación de la sangre. El contenido de calcio de un adulto es algo superior a 1,0 kg, es decir, alrededor del 2% del peso corporal. De éste, el 99% está presente en forma de hidroxiapatita de calcio en los huesos y menos del 1% está presente en el ICS (espacio intracelular) o ECS (espacio extracelular) extraóseo.
El nivel de calcio en el ECS está en equilibrio dinámico con la fracción rápidamente intercambiable del calcio óseo. Los iones de calcio afectan a la contractilidad del corazón y la musculatura esquelética y son esenciales para la función del sistema nervioso. Además, los iones de calcio desempeñan un papel importante en la coagulación de la sangre y la mineralización de los huesos. En el plasma, el calcio está unido en gran medida a las proteínas (40%), el 10% está en forma de complejos inorgánicos y el 50% está presente como calcio libre (ionizado).
El equilibrio del calcio en el organismo está regulado por la hormona paratiroidea (PTH), el calcitriol (CT) y la calcitonina. La prueba se utiliza para el diagnóstico y el seguimiento de la hipocalcemia (deficiencia de calcio) y la hipercalcemia (exceso de calcio) en el suero. Los síntomas característicos de la hipocalcemia son la tetania latente o manifiesta y la osteomalacia.
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