En Europa hay 415.000 personas que viven con cáncer de vejiga.1 Las tasas de supervivencia a los 5 años de los pacientes diagnosticados de cáncer de vejiga no músculo-invasivo (CVNMI) son muy buenas (~93 %). Sin embargo, los pacientes con CVNMI tienen un alto riesgo de recidiva y progresión tumorales.
A los pacientes se les asigna una puntuación de riesgo (bajo, medio, alto)3 basada en el sistema de clasificación de la Organización Europea para la Investigación y Tratamiento del Cáncer (EORTC), para ayudar a determinar sus probabilidades de recidiva y progresión.
La cistoscopia con luz blanca y la citología de orina se siguen considerando los mejores métodos de vigilancia de un paciente tras un diagnóstico de CVNMI.
No obstante, ambas metodologías tienen limitaciones asociadas.
La cistoscopia con luz blanca muestra una falta de sensibilidad en los casos de lesiones planas.
Las cistoscopias son desagradables y pueden causar molestias a los pacientes.5
El grado de cumplimiento varía, y un número considerable de pacientes no se somete a todos los exámenes de seguimiento recomendados.6
La citología tiene una baja sensibilidad en los casos de tumores de grados bajo e intermedio
La solución
Se ha comprobado que entre los pacientes que reciben al menos la mitad del cuidado recomendado en las directrices de seguimiento locales se observa una mayor supervivencia de manera estadísticamente significativa.