El virus de Toscana, perteneciente al género Phlebovirus de la familia Bunyaviridiae, se aisló por primera vez en Italia en 1971. Desde entonces, se ha establecido su presencia en la zona mediterránea y se ha demostrado su papel como agente etiológico de enfermedades humanas. La enfermedad causada por el virus de Toscana se caracteriza por fiebre, fuerte dolor de cabeza y meningitis o meningoencefalitis. La infección es transmitida por insectos hematófagos del género
Phlebotomus y es estacional, con un pico en los meses de verano, debido al ciclo de vida del vector.
Los datos epidemiológicos indican que en las zonas donde el virus de Toscana es endémico, muchos, quizá la mayoría de los casos de meningitis aséptica durante el periodo estival, están causados por este virus. Hasta ahora, el diagnóstico de la infección por el virus Toscana
toscana se ha realizado principalmente por serología. Los anticuerpos específicos de la clase IgM están presentes durante la fase aguda
fase aguda, mientras que la presencia de anticuerpos IgG específicos en ausencia de IgM indica una infección previa.
Todos los métodos serológicos adoptados hasta la fecha requieren la propagación del virus en cultivos celulares; estos métodos sólo pueden realizarse en laboratorios especializados, mientras que la infección no puede diagnosticarse en la mayoría de los laboratorios serológicos. Como se ha demostrado que la nucleoproteína viral es la principal diana de los anticuerpos anti-Virus de Toscana, ésta se ha expresado mediante tecnología de ADN recombinante en E. coli y se ha utilizado para crear un kit inmunoenzimático para la detección de IgG e IgM específicas, como ayuda en el estudio serológico de este virus.
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