La glándula tiroides ejerce una influencia reguladora poderosa y esencial sobre el crecimiento, la diferenciación, el metabolismo celular y el equilibrio hormonal general, así como sobre el mantenimiento de la actividad metabólica y el desarrollo del sistema óseo y orgánico.
Las hormonas tiroxina (T4) y 3,5,3' triyodotironina (T3) circulan por el torrente sanguíneo, principalmente unidas a la proteína plasmática globulina fijadora de tiroxina (TBG). La concentración de T3 es mucho menor que la de T4, pero su potencia metabólica es mucho mayor.
La determinación de T3 es un factor importante en el diagnóstico de las enfermedades tiroideas. Su medición ha descubierto una variante de hipertiroidismo en pacientes tirotóxicos con niveles elevados de T3 y niveles normales de T4. Un aumento de T3 sin aumento de T4 es frecuentemente precursor de tirotoxicosis recurrente en pacientes previamente tratados. En otros pacientes, el eutiroidismo es atribuible a una T3 normal, aunque sus valores de T4 sean subnormales.
PRINCIPIO DE LA PRUEBA
En la EIA T3, se recubre un segundo anticuerpo (IgG de cabra anti-ratón) en pocillos de microtitulación. Se añade a los pocillos de microtitulación una cantidad medida de suero del paciente, una cantidad determinada de anticuerpo monoclonal anti-T3 de ratón y una cantidad constante de T3 conjugada con peroxidasa de rábano picante. Durante la incubación, el anticuerpo anti-T3 de ratón se une al segundo anticuerpo en los pocillos, y la T3 y la T3 conjugada compiten por los sitios de unión limitados del anticuerpo anti-T3. Tras una incubación de 60 minutos a temperatura ambiente, los pocillos se lavan 5 veces con agua para eliminar el conjugado T3 no unido. A continuación, se añade una solución de reactivo TMB y se incuba durante 20 minutos, lo que da lugar al desarrollo de color azul.
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