El cáncer de cuello uterino es un tumor maligno que amenaza gravemente la salud de la mujer. El diagnóstico y el tratamiento precoces son cruciales para reducir las tasas de mortalidad por cáncer cervicouterino. La neoplasia intraepitelial cervical (CIN, original CIN1) puede clasificarse en lesión intraepitelial escamosa de bajo grado (LSIL, original CIN2 y CIN3) y lesiones de alto grado (HSIL). La detección y el tratamiento oportunos de la HSIL, que tiene el potencial de progresar a cáncer cervicouterino invasivo, son los principales objetivos en el tratamiento del cáncer cervicouterino, con el fin de minimizar el riesgo de desarrollo de cáncer cervicouterino invasivo.
La investigación ha revelado que los cambios genéticos anormales son un mecanismo crucial en el desarrollo de tumores, y la metilación del ADN puede inducir la aparición de tumores mediante el silenciamiento de genes supresores de tumores clave. La proteína PAX1 desempeña un papel importante en el desarrollo embrionario al regular la proliferación celular e inducir la migración celular dirigida, contribuyendo a la formación de órganos esenciales. Existe una estrecha relación entre la región promotora del gen PAX1 altamente metilada y el cáncer de cuello de útero. La detección cuantitativa de los niveles de metilación del promotor del gen PAX1 en células cervicales exfoliadas puede utilizarse para el cribado del cáncer cervical y el tratamiento de lesiones precancerosas.
La mayor ventaja de la prueba de metilación del gen PAX1 radica en su alta especificidad, ya que su nivel de metilación está altamente correlacionado con la graduación citológica y la gravedad de las lesiones cervicales [2]. Puede servir como prueba de triaje después de que la prueba del VPH sea positiva o cuando los resultados del TCT muestren células escamosas atípicas de significado indeterminado (ASC-US) antes de la colposcopia. Mediante la aplicación de la prueba de metilación de PAX1, el número de colposcopias innecesarias
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